Libertad. Un perro, un ventanal. El sol dorado en las ramas, el olor del pasto recién cortado... el silencio del interior... ecos... oscuridad.
Libertad es la posibilidad de convertir el deseo en regla, correr, saltar o detenerse, espiar a voluntad por encima del hombro de la vida para atrapar ese instante de movimiento, atrapar la dicha, elegir.
¿Encerrarla en una caja, pintarla de un color, obligarla a vibrar en un glisando monocorde?
No. Las bondades y las maldades que nos rodean son arbitrariedades, carencias, meras descripciones de una realidad infinita.
Nuestra visión tiene un marco, y somos la medida de ese marco.
El perrito es libre, sin dudas. Y hoy ese ventanal estará reflejando el mediodía...
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