viernes, 13 de diciembre de 2013

Dos mundos


¿Cuantos mundos hay?¿cuantas preguntas pueden formularse entre los mundos generados por dos fotografías?... entre estas dos imágenes, entre las dos clases de organización que representan, puede haber infinitos mundos.
Por lo pronto hablo de dos: el cubo-regalo-navidad es uno de ellos. ¿Y como es ese mundo?... ¿que representa?
¿Me representa?
Aseguro que ese mundo navideño, donde su existencia y argumento se sostiene en el mero consumo, es un insulto... un grave despropósito híper elemental, representa la esclavitud del pasado, lo que debemos dejar atrás y para siempre trascender.
La comensalía abierta navideña ya no existe, existen caras y caretas en un brindis a puertas cerradas tras rejas de hierro como protección; existe el miedo ante el otro, la furia ante el distinto; existe la culposa acumulación que convierte la palma en puño y genera la desigualdad y la desdicha.
Ese mundo, el del cubo que flota pleno de idiotez vacía, sostiene el rechazo y la burla a la esencia del verdadero amor.
Luego, aparece este otro mundo:
El del lago y de las nubes y el ocaso.
Este mundo nos representa. Este mundo permite, acuna, se brinda, emociona, es claro y pleno de sencillez perfecta en su naturaleza esencial;
y se muestra desnudo y desprovisto de toda ideología de poder, porque no le hace falta esa pretensión suicida:
es poder.
El mundo del lago que sueña su razón en el abandono al momento presente, es lo único que hay, lo único que verdaderamente existe, es la calma y la apertura, el respeto y la permanencia de todo y de todas las cosas, la extrañeza maravillosa de vivir y respirar.
Dos fotogramas, dos mundos antagónicos... casi como la muerte y la Vida.
"Feliz Navidad", chilla la radio entre propagandas infinitas...

martes, 26 de noviembre de 2013

Lo inasible


Llueve. Pero es de noche o de día? Las luces amarillas detrás de los vidrios empañados contrastan con ese celeste casi azul y la luz del cenit se mezcla con el rojo del semáforo. Sin ningún lugar a dudas es invierno en la ciudad. Mientras uno está acobijado en el colectivo el tiempo parece pertenecer al mundo exterior. El movimiento nos acuna. Experiencia mística? Poesía cotidiana? La magia nos devuelve el sosiego y podemos descansar del apresurado transcurrir de los pensamientos.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Un perro, un ventanal

Libertad. Un perro, un ventanal. El sol dorado en las ramas, el olor del pasto recién cortado... el silencio del interior... ecos... oscuridad.
Libertad es la posibilidad de convertir el deseo en regla, correr, saltar o detenerse, espiar a voluntad por encima del hombro de la vida para atrapar ese instante de movimiento, atrapar la dicha, elegir.
¿Encerrarla en una caja, pintarla de un color, obligarla a vibrar en un glisando monocorde?
No. Las bondades y las maldades que nos rodean son arbitrariedades, carencias, meras descripciones de una realidad infinita.
Nuestra visión tiene un marco, y somos la medida de ese marco.
El perrito es libre, sin dudas. Y hoy ese ventanal estará reflejando el mediodía...


lunes, 19 de agosto de 2013

China o Nueva York?

China o Nueva York? Un cuadro de Mondrian en un restaurant que invita a degustar tradiciones orientales nos traslada a la cumbre de la modernidad. El jazz se cuela en nuestro cerebro mientras nos preguntamos:  y dónde estamos? Según pasan los años cada vez es más difícil darse cuenta de a dónde pertenecemos. Y cuando viajamos…  vivimos experiencias nuevas? O sólo intentamos reproducir sueños prestados? Nuestro repertorio imaginario de lugares se nos aparece cada vez más frecuentemente. Cómo escapar? Tal vez  si afináramos los sentidos con el presente descubriríamos universos infinitos como una inscripción del tiempo en el mármol o la escritura de un pensamiento en una servilleta.


miércoles, 31 de julio de 2013

La oscilación del péndulo

El péndulo oscila predecible mostrando sus frutos: una bufanda roja que ya pesa demasiado, un ojo arrancado de su órbita, el pelo ralo y encanecido, una pierna desprendida del cuerpo que deja fluir la vitalidad de relleno... poco importa si viene o si se va -su rasgo efímero es otra cárcel, otra imposición insoslayable- y ni siquiera sabemos si importa... sólo vemos sus efectos. La gravedad que se acentúa, la entropía que aumenta, el color que se decolora, los huesos que se desgranan en un polvo tan leve que se confunde con el mero polvo que todo lo cubre.
Hace falta tiempo. Sobra el tiempo. Reina el tiempo. La muerte construida de tiempo, la música, la prosa, la pizza que se dora en el horno, la cremación de un cuerpo. Tiempo. El choque espectacular de dos galaxias. El instante del accidente...
El tiempo es; y lo demás, tan sólo una observación en la margen del río.


domingo, 21 de julio de 2013

Perrito en recital - Los enviados del símbolo


Sandalias, ojotas y zapatillas: sin duda es verano…. La cuerdita azul del perro está tensionada al lado del hilo de luz que esta misma generó, como si fuera un rayo o una antena que sale de su oreja. Su mirada está extraviada como él y si uno se lo imagina en un recital de rock en verano comprende bien su situación desesperada y la tensión de la cuerdita. El pobre está enlazado en las piernas de su dueño, quien tiene tatuada la estrella demoníaca. 


Llegaron desde el cielo. Bajaron de sus naves gigantescas con sus trajes amarillos y sus rostros transparentes sólo para danzar unas horas en Avenida de Mayo, en el marco de la "Fiesta del Visitante Extraterrestre".
No dieron notas ni reportajes, no conocimos sus mujeres ni logramos adivinar la distancia que nos separa de su sistema estelar, si es que tienen uno. No nos dirigieron la palabra, aunque permitieron que los fotografiáramos -inútilmente, ya que no se ven-. Bailaron horas al ritmo de tambores de diseños extraños y parches vibrantes de pieles extrañas. Bebieron chicha en gran cantidad. Algunos, sólo unos pocos, vomitaron en la calle.
Dejaron a su paso una fosforescencia azul que el sol del día siguiente se encargó de disipar.
La falta absoluta de datos hizo que los llamáramos "Los enviados del símbolo". A veces dudamos de su visita.